jueves, 29 de marzo de 2007

Acabamos de Regresar de Iguala, Guerrero...

Acabamos de regresar de Iguala, Guerrero, y ya estamos preparándonos para “...en espíritu y en verdad” – Culiacán. Me he encontrado preguntándome:
¿Cómo sabes que Dios llega verdaderamente a un lugar? Su presencia llena la atmósfera, sientes su intensidad en el aire, viene sobre ti una profunda debilidad… no sabes como sostener el peso de su llegada. Él ha escogido habitar en vasos de barro, frágiles, así que sólo entre uno y otro la sostenemos y le damos expresión.

Así fue Iguala, Guerrero, un pequeño lugar, no fácil de llegar, seco y caluroso; sin embargo, podíamos percibir una expectativa en el ambiente. Su presencia apareció entre nosotros y los cientos de jóvenes hambrientos (de 12 estados y de España)—en la primer nota estábamos en casa. Dos equipos de alabanza (Conquistando Fronteras y Encuentro) en una profunda humildad, sin competencia, fluían juntos, con una profunda necesidad de unir sus capacidades para sostener Su Gloria.

El Señor nos habló del rey y su reino, su gobierno, su justicia. Todos respiramos de estar otra vez en casa, muchos hijos pródigos, volviendo a la justicia del Padre. Todo, desde lo más pequeño, ha de ser gobernado por el Rey Jesús.

Anahí, una joven maestra, nos compartió como Dios le había hablado acerca del hecho que ella no desayunaba bien, y por lo tanto, no rendía en su trabajo, y eso era una injusticia para sus alumnos. Así que ella empezó a ordenarse para tomar el tiempo necesario para desayunar.

Jazz nos platicó de una amiga suya, una joven americana que había ido ministrar en la zona de tolerancia en una ciudad fronteriza. Esta joven, sin hablar el idioma, había orado caminando por las calles de la zona de tolerancia por 14 meses, hasta que se le abrieron las puertas de ese lugar. Ahora es amiga de las prostitutas, y aunque sabe que quizá muchas de ellas no se van a convertir, tiene el firme propósito de mostrarles el amor de Cristo. A veces sólo va y toma café con ellas en sus cuartos. Ha logrado dos conversiones, y ahora está pensando construir una casa hogar para los hijos de esas mujeres,
para que puedan crecer en un ambiente diferente.

Era preciosa la humildad entre los congregantes, nadie estaba forzando nada, nadie estaba exigiendo un tipo de canciones o estilos. Dios preparó los espíritus, era como una sola voz diciendo: Dios estamos aquí.

Él nos atrajo a este lugar para mostrarnos que él es Rey, todo lo que él hace es extraordinario, pero aún más extraordinario que sus obras es él. Él es un Rey como ninguno; él es Rey sobre todo.

Tita Bremer